miércoles, 27 de agosto de 2008

La tendremos pequeña?

Estaba yo aqui ante la tele viendo un anuncio de un aparato "alarga-penes" de esos que dan de madrugada (los anuncios, no los penes) Cuando quizá por el desinteres que me producía el aparatito en cuestión, modestía aparte, me ha dado por pensar en el recurrente tema de la inmigración. Es cierto que la llegada de gentes de otros paises no se ha producido en el nuestro de forma tan escalonada como en otros, bueno si que lo estaba haciendo hasta ahora pero la avalancha, por llamarla de alguna forma, de los últimos años a venido a aflorar sentimientos que achacabamos a otras sociedades a las que tachabamos de xenófobas y racistas como a la estadounidense por ejemplo y es ahora, cuando somos nosotros quienes vivimos esa mezcla de culturas, cuando nos planteamos si somos o no racistas. Yo, sinceramente, no creo que sea ese ambiente multicultural lo que nos crea inquietud, salvo páteticas excepciones claro; no, lo que realmente nos recela es la pobreza.
A nadie se le ocurriría decir que Ronaldihno está quitando el puesto de trabajo a un español cuando en realidad es asi, ni nadie considera guetos aquellas zonas de nuestras costas donde hasta los rótulos de las tiendas están escritos en alemán. No, esos no nos incomodan, son aquellos que vemos como una amenaza para nuestra, casi siempre, inestable economia los que en realidad nos preocupan.
Pero no nos damos cuenta que parte de ese bienestar del que disfrutamos en los paises desarrollados se lo debemos a los recursos del llamado tercer mundo. De hecho son los paises más pobres, los más ricos en recursos naturales: petroleo, minerales, etc., solo que estos están en manos de capital del primer mundo.
Los inmigrantes, sin saberlo, solo vienen a por su parte del pastel, un pastel que cocinamos con nuestra tecnología pero con los ingredientes que sacamos de sus paises.
La solución quizá sería que cada uno hiciera su propio pastel (por seguir con la absurda metáfora de la que no se como salir); que ellos disfrutarán de aquello que la tierra les brinda (ya está ¡buf!, ya salí); pero parece que tampoco esto nos convence a todos y los bienpensantes de por aqui se dedican a hacer sorna de las frases de Chavez y los jerseys de Evo Morales cuando estos hablan de nacionalizar las riquezas de sus paises. Entonces, ¿qué queremos? No se, al final no se si pillar el Jes-Extender y quitarle la rubia al viejo-verde del anuncio.

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