martes, 16 de septiembre de 2008

La puta y el tiempo

Ahora que los cientificos van a resolver, al parecer y gracias al archicomentado acelerador de hadrones los grandes enigmas de la humanidad, quizá podamos dedicar tiempo a aclarar aquellos conflictos que realmente inquietan a las gentes sencillas de bien.
Contaba este buen hombre de forma airada a su contertulio, un enfrentamiento que habia tenido con la útima prostituta con la que habia cohabitado. Al parecer la muchacha habia dado por terminado el servicio sin que el buen señor hubiera alcanzado el climax alegando esta, que el intercambio sexual era por un tiempo limitado y no con un fin. Es decir, que ella habia pactado "amarle" durante una hora y que si esto no era suficiente para su evidente potencial sexual, el problema no era de ella.Y uno, aficionado a sacar de quicio las cosas, le da por pensar quien tiene razón.Pongamos por caso a un taxista, tú contratas un servicio de taxi para ir del punto A al punto B, el conductor te llevará hasta el fin del trayecto tarde el tiempo que tarde dependiendo de la fluidez del tráfico etc; de alguna manera nuestro buen amigo habia contratado una "carrera al orgasmo" y se quedó a mitad de camino. O imaginemos que el fontanero nos viene por una averia y nos suelta de pronto: "Le he arreglado medio grifo, señora, lo siento pero cobro por horas" no estaría bien.Tampoco seria justo que la sufrida meretriz tuviera que aguantar estoicamente los alardes de macho ibérico del personal sin un límite de tiempo prudencial . No lo se, y encima me importa un bledo.
¿Por qué no le echas un polvo a tu mujer y te dejas de zarandajas, putero de los cojones?

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