Bien, seguimos. La cosa había quedado en que yo iba para casa, eran la tantas y no andaba ni Blas (Siempre me he preguntado quién será ese tal Blas que sale tanto, que hasta llama la atención que no ande por ahi. Eso de "No andaba ni Blas" Chico, igual Blas está malo o tiene cosas que hacer y no le ha apetecido salir)
Bueno, el caso es que llegando ya a mi calle, había un grupo de chavalillos jovencillos e hijoputillas que iban tocando todos los timbres de los portales que se cruzaban a su paso. Así visto en frio tampoco parece que la cosa fuera tremenda pero, teniendo en cuenta que en esta zona de la ciudad la mayoría de los vecinos son personas ancianas y que la gracieta la he sufrido yo mismo, pues la travesura de los diablillos me toca, más si cabe, los huevos. A mi que me suene el timbre de casa a la mil, la verdad es que me la trae al fresco, pero imaginar a una señora mayor, que en muchos casos viven solas, que a las tantas de la noche le sobresalten con un, muchas veces, insistente timbrazo la verdad es que no logro encontrarle la gracia por ningún lado.
Entiendo que el fin de todo esto es ese deporte tan de moda de putear a los demás por putear.
Recuerdo ahora que estando en un bar de copas abarrotado, esperaba a que me atendiera el camarero y este esperaba a su vez que el anterior cliente le abonase la consumición. El tipo estaba con una sonrisa pícara, digamos, aunque tendía más a sonrisa de imbécil. Estaba digo, haciendo esperar al camarero intencionadamente hasta que este le dijo: "A mi me importa un bledo que tardes en pagar, Yo tengo que estar aqui de todas formas hasta las cuatro. A quien estás puteando es a este otro que está esperando que le atienda". Bien, pues este es un ejemplo de ese putear por putear. O lo mismo, cuando vamos en coche y vemos tantisima gente que aparca su flamante estupidez ocupando dos plazas de aparcamiento argumentando esa nueva consigna de nuestra frustada sociedad de: "El que venga detrás que se joda".
Vale, todo eso lo entiendo, no lo comparto lógicamente, quiero decir que tiene su explicación. Parafraseando a Serrat, ya no vamos trasmitiendo nuestras frustraciónes a nuestros pequeños bajitos sino sobre los demás. El trabajo es una mierda, la pareja ya no nos pone como antes y los niños nos vuelven locos y alguien lo a de pagar: la cajera del super, el del bar o quien sea, pero alguien.
Pero volviendo a los memos de los timbres. La gracia, si se le puede llamar así, de putear a alguien es el recibir una reacción: Yo te puteo y tú te cabreas, fijate que malo soy y como me he desahogado o algo así; pero el caso es que con esto de los timbres ni una función terapeutica le veo. Lo mismo llamas a una casa vacia y no molestas a nadie o llamas a casa de una abuelita a la que le cuesta dios y ayuda levantarse y llegar hasta el telefonillo y la putada es mayor y no veas entonces que risas. Pero el caso es que no lo sabes.
Y así estaba yo pensando y cabreandome cada vez mas hasta que llegué a la altura de los niñatos. Normalmente uno en estos casos les preguntaría por qué lo hacen; pero siempre te contestan el básico: porque me sale de los cojones. A mi me suele gustar entretenerme un rato. Lo hice ya una vez con un chaval que se estaba dejando el alma intentando arrancar la "O" del letrero de una óptica. Me paré un rato a observarle y cuando me miro le dije: "Qué, ¿te cae mal el dueño o te han timado con las gafas o algo?. Generalmente así se dan cuenta de lo ridículo de su acto y suelen desistir. Con los del timbre simplemente les pregunté: "Y eso... ¿para qué?" y la respuesta fue unánime: "Na, por putear". "Vaya idiotas pues" contesté.
11 comentarios:
Estas cosas me envenenan tanto, que llega un punto en que mi cerebro las neutraliza para no sufrir, porque hay demasiada gentuza y oligofrénicos como para poder con todos.
En el caso de lo timbrazos fuera de luegar, tengo claro el esquema a seguir, pero aunque descargue contra ellos, no consigo comprender por qué ese comportamiento. Por qué ser un comemierda jodelón sin un objetivo más allá de serlo, por qué sale la gente así, y sobre todo por qué, si la naturaleza es tan sabia, no se producen los abortos naturales en este tipo de casos.
Demasiadas preguntas sin respuesta... y demasiado gilipollas en el mundo.
Hay un dicho que dice que "en cada esquina hay un borde"en alginas varios en este caso el propio de la esquina y los de los timbrecitos,que mas que idiotas son bordes,un saludo.
Es la inmadurez,no saben como llamar la atención de los demás para sentirse alguien,pobrecitos!!!!!
Esta seman. También he tenido unos idiotas que les dije cuatro veces lo que tenían que pagarme(mi jefe quiere que en cuanto sirvamos cobremos)tenían la sonrisita de te pagare cuando yo quiera,así que cuando me preguntaron(como si no supieran cuanto era)les dije un euro mas(para borde yo)y me lo pagaron,que agusto me quede...jajaja
Besazos
Hola Fran, tienes algo para ti en mi blog.
Un saludo!!
Umpi
Peibol: Muy bueno tu artículo también. Yo también creo que el tuyo es un buen recurso, lástima que mi ventana sea demasiado alta y mi puntería demasiado chunga
Severino: Me parece que no hay esquinas suficientes hoy en día para tanto borde
Loli: Yo en tiempos también hacía algo parecido, lo llamaba el impuesto del gilipollas. La gente es tan tonta que no se dá cuenta que en el caso de un bar el camarero tiene las de ganar
Umpi: Bueno, no soy muy amigo de seguir estas cadenas, de hecho no lo hago, pero si agradezco estas detalles y los pongo en el blog: Más aun si van acompañadas de las palabras que me has dedicado en el tuyo y que no veas lo que me motivan y lo que agradezco en estos momentos que estoy pelin de bajón.
Pues te iba a decir que una mala noche la tiene cualquiera pero es que en tu caso parece que hubiera una cámara oculta siguiéndote: "A ver qué capacidad de aguante tiene este tipo ante las idioteces..."
En fin, paciencia, que como se suele decir, "A cada cerdo le llega su San Martín" que no sé si viene muy a cuento, pero ahí queda eso. Jejeje, ¿se nota que estoy escribiendo al estilo Fran, diciendo todo lo que pienso? Pues si no se ha notado ya lo he dicho. Y por cierto, el tal Blas ese, se ve que se quedó por el norte, por aquí jamás oí hablar de él.
Un saludo Fran ( y bajones los justos, que tú eres grande)
Este... y tú nunca has hecho esa bobada de crío...? Yo tengo que confesar que sí, no a las tantas, claro, no tenía edad para estar en la calle.
Y está mal pero yo confieso... que he pecado de idiota y gamberra. Era la adrenalina de hacer algo malo con 10 años... jejeee
Bss
JuanRa: No te creas el encontrar idiotas a las tantas no es nada excepcional. Felices vacaciones que disfrutes
Ninfa: Hacer el gamberro a los diez puede tener cierta lógica pero el hacerlo con veinte años como en este caso es más preocupante.
Maria Jesús: Qué cara eres de ver, gracias por pasar por aqui. No estaría mal seguirles hasta su casa a los graciosillos y devolverles la "broma"
Buen blog y mejores reflexiones... me alegro haber aterrizado por aquí... salu2
buena punteria eh, jejeje.
Ese tipo de gente la hay no solo en las esquinas sino que abundan en cualquier ángulo de la banqueta.
jejej
Un saludo desde algún bárbaro lugar de México.
"la vida es un gran circo, pero sin espectadores"
lindo tu blog.
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