sábado, 11 de octubre de 2008

Inventos de mierda (igual continúa o igual no)


Habia pensado en dedicarle hoy la entrada a otra mierda que, he de reconocer, llegué a comprar en su día. El film transparente. Sí, ese que iba a hundir la industria del aluminio, aunque yo creo que ni el propio inventor confiaba mucho en el producto, ni siquiera se esforzó en buscarle un nombre un poco digno, "film" pero que mariconada de nombre es esa y además "transparente" para que quede claro. Más vale que no lo hicieron traslúcido. "Deme usted un rollo de "film translúcido", si es tan amable". No me vas a comparar con el "papel de aluminio"; joder, si es que ya con el nombre parece que vas a empaquetar algo importante, aunque luego solo envuelvas con él las pechugas o el lomo adobao. Pero bueno, si es que ni merece el párrafo que le he dedicado porque de su utilidad seguro que todos habréis sido víctimas o hay alguien capaz de desenrollar siquiera veinte centimetros sin que se le haga un revoltijo de plástico desesperante (¿por qué habré dicho yo veinte centimetros? ¡ay, el inconsciente, qué picarón es el jodido!)Asi que nada, hablaré de lo que quería hoy en realidad. No se si somos muy conscientes pero con el Compact Disc (que mira que es dificil pronunciar y lo facil que es decir "disco compacto" pero bueno, esa es otra que ya llegará). Al tema que me disperso, no somos muy conscientes decía, que con estos disquitos nos la metieron doblada. Que si no se rayan jamás, que el sonido es la repanocha, que fijate, tus canciones favoritas para toda la vida, vamos que son inmortales como los del leonés ¿o era Eliot Ness? (esto es una gracieta, a esta hora no se me ocurre nada mejor, ya siento). El caso es que de eso nada, tengo discos de aquellos que llamamos "de vinilo" (los compact disc son según la Wikipedia que lo acabo de mirar, de policarbonato de plástico y aluminio, ves, si el aluminio vale pa´to´ ; haber quien es el listo que hace discos de film transparente). Bueno que me descentro otra vez, decia que los antiguos discos siguen funcionando que da gloria verlos y las portadas eran auténticas maravillas y no esos estuchitos de los cedés que hay que leer con lupa cuando traen libreto que no suele ser siempre. Y del sonido, habrá gustos, pero para mí lo del sonido digital... qué quieres que te diga, he escuchado The Wall de Pink Floyd en los dos soportes y me quedo con el LP; no sé, me suena más real y además en el compacto a partir de la sexta canción se bloquea el reproductor y lo tengo que desenchufar para sacar el disco. Así que ya ves, la elección esta clara. Más vale que gracias al mp3, los ipod y todas esas cosas nuevas que, si bien no son una maravilla al menos son prácticos, el compact disc tiene los dias contados. Pues que se joda como se me ha jodido el disco de Pink Floyd


1 comentarios:

JuanRa Diablo dijo...

Debería contratarte alguien como guionista para monólogos de humor tipo El club de la comedia.
El compact disc se raya tanto como tú, pero contigo me río más.

Los inmortales del leonés :DDDDD

COMPARTE ESTA ENTRADA O IMPRÍMELA