La belleza está en el interior (con perdón)

Me la volví a encontrar, a la del chino, ya os conté. Venia vestida de Shakira pero sin el cuerpo de Shakira, claro. Como suele ocurrir en estos casos y a esas horas, acabamos hablando de filosofía. No recuerdo como surgió el tema, si que recuerdo aquellas carnes huyendo de su pantalón de tiro bajo. Así que, teniendo en cuenta mi incontinente sinceridad, deduzco que fui yo quien abrió el debate. Braga o tanga, that's the question. Los siento por los señores de Women´secret pero las bragas se llaman bragas y no braguitas. No seré yo quién defienda lo apropiado del nombre; bonito, lo que es bonito, no es, pero es el que hay. Hablen con los señores de la RAE si quieren y cámbienlo pero de momento, grandes pequeñas o con volantes, las mujeres usan bragas (y están como Dios con ellas, por cierto). Y tras este inciso, innecesario probablemente, prosigo con el relato. Ella defendía que el no va más del erotismo era un culo sobre el cual surgiese un tatuaje cual alas de Ícaro mientras los tres hilillos del tanga asomasen del pantalón. Yo, que no. Con lo del tatuaje ya empezabamos mal. Si un culo es bonito, lo es lo suficiente como para no necesitar adornos ni cenefas de tinta ni pamplinas. Un culo bonito es lo más de lo más de una tia sin menosprecio eso si de su inteligencia (apunte políticamente correcto); y si no lo es, sería como ponerle alerones a un seiscientos, una horterada. Lo del tanga ya es otro cantar. Los hay bonitos, sexys, incluso elegantes pero los hay tambien vulgares. La poca elegancia que la prenda pudiera tener se la han cargado algunas mujeres tan faltas de sensualidad como excedentes de sexualidad y no miro a nadie ni a ningún pais tropical, quede claro. Total y en resumen que otra vez se volvió a dar por aludida y otra vez con razón. Si es que yo, cuando soy un encanto, resulto encantador