Metrópolis

Los empresarios y en general quienes manejan el cotarro financiero, además de ser unos sinvergüenzas en su gran mayoria, son imbéciles. Están emperrados en emular la sociedad de Metrópolis y la cosa se les ha ido de las manos. Por más que les joda, la gente llana, la ciudadanía que dicen los horteras. somos quienes movemos la economia. Individualmente y como trabajadores somos como un grano en el culo, un mal necesario prescindible en momentos de vacas flacas. La putada es que somos muchos y somos quienes compramos teles y coches y nos vamos de bares el fin de samana. Y si el empresario Pepito despide a media plantilla cuando la cosa se pone chunga, para seguir manteniendo su alto nivel de vida y las clases de tenis de su santa, esa media plantilla, ya no comprará los sofás que fabrica su vecino de urbanización. Y entonces, también el vecino dará boleto a sus empleados y estos dejarán de gastar sus cuartos en los hoteles de Pepito. Y al fin, se irán al carajo las empresas de Pepito y su vecino y sus respectivas santas, tendrán que meterse a putas, como ya lo fueran las madres de ambos hijosdeputa, si quieren seguir viviendo entre lujos.

Asi que, ellos verán, pueden inyectar a los bancos lo que les venga en gana para que sigan jugando al Monopoly que, mientras los tocapelotas de aqui abajo no tengamos el bolsillo saneado, no aumentará el consumo: y detrás de Pepito y su vecino, se irán yendo al garete una empresa tras otra. Igual es buen momento para que se metan sus macroeconomias por sus microculos y espabilen de una puta vez.