El Tiovivo y los tios tontos

Como me ponen los tontos, es que me sacan de mis casillas (por cierto, si al portero del Real Madrid le sacan de sus casillas: ¿estariamos hablando de un viaje astral de esos? Bueno, nada,.esto es una chorrada que se me ha ocurrido. Hay que ver lo poco que da de sí un cerebro a las seis de la mañana de un sábado)

De que coño estaba yo hablando; a si, de los tontos. Joder, yo de mayor quiero ser tonto, tonto del culo. ¡Qué coño!, tonto de cuerpo entero. Resulta, que no se me ocurre mejor cosa que ir a comprar un libro un sábado por la tarde a unos grandes almacenes, esos que bueno, por no hacer publicidad, tienen nombre de tijeretazo y de ciudadano anglosajón. Y ahí que voy de cabeza al Corte Inglés, mierda, ya lo he dicho....bueno, es igual.

El caso es que para la cosa navideña y familiar y... que cojones, para atraer a la gente, han instalado una miniferia con sus caballitos, su tio-vivo (para tio vivo el capullo que da permiso para montar semejante Cristo, en pleno centro de la ciudad, ocupando toda la puta calle. a una empresa privada) pero bueno, como aqui, mientras no baje osasuna todo vale, pues eso, con dos cojones: caballitos, tio-vivo y para el año que viene la noria con Jordi Gonzalez y toda su troupe ¡Venga! Pero lo triste no es eso. Lo más fuerte era ver aquella cola, interminable, infinita. Aquél río de gente dando vuelta a la manzana, esperando bajo un frío del diez, para dar tres putas vueltas en el minicarrusel de las narices y encima, allí tan felices.... ¿Será que nunca vieron un tio-vivo? ¿Será que se aburren? ¿Serán gilipollas? Pues no sé, probablemente. Yo de momento me voy a sonar los mocos y de paso lo pienso, que todavía no estoy bien.